Este enigmático personaje en la historia fue el décimo faraón de la dinastía XVIII, esposo de Nefertiti, una de las mujeres más conocidas en la historia de Egipto. Pero inclusive después de su extraordinario casamiento, este faraón fue el primer personaje en la historia que trataba de unificar su reinado con una religión monoteísta dedicada al Atón. Su devoción era tan grande que todas las tardes salía al desierto por el oeste de la ciudad a despedir a su dios e inclusive trasladó la capital por su misma fé. No prohíbe el politeísmo pero rechazaba la idea del culto a otros dioses por parte sacerdotal. El tiempo religioso del faraón era totalmente dedicado a su dios Atón.
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